Día internacional de la Mujer:

Luchas, avances, costos y desafíos de la igualdad de oportunidades y derechos para la mujer.

 

En el mes de marzo de cada año se conmemoran  las luchas que, en el mundo, millones de mujeres vienen dando desde  el siglo XVIII, en pos de la igualdad de oportunidades y de derechos.

Muchas mujeres,  conocidas y anónimas,  han dado y continúan dando,   una  comprometida y valiente lucha por   romper las cadenas y el estrecho espacio hogareño donde el sistema patriarcal la mantenía  enclaustrada  durante su vida  hasta su muerte.  Los múltiples roles que la mujer desempeña  al interior del hogar, han permitido  la reproducción y protección de la humanidad, y por sobre todo, le han permitido al hombre la libertad absoluta de participar activamente en las diversas áreas de la vida política y social. No obstante la importancia social, económica y política de este desempeño, estos roles  han  sido  históricamente subvalorados  y   no han tenido el   reconocimiento social ni económico  merecido.

Desde esos años hasta la actualidad, esas valientes y consecuentes  mujeres y , excepcionalmente algunos hombres,  han enfrentando las rígidas estructuras patriarcales,  políticas y religiosas logrando algunos avances, sin embargo, éstos se han concretado con una dramática lentitud, particularmente, en nuestro país  porque el sistema patriarcal y la cultura machista en pleno siglo XXI, se mantienen  incólume en sectores políticos, religiosos  y económicos poderosos  que,  abusando  de este poder imponen  su retrógrada ideología al pueblo chileno.  Así  en Chile, uno de los países más desiguales del mundo,  la mujer continúa siendo fuertemente discriminada y violentada.

Producto de estas élites económicamente poderosas e ideológicamente arcaicas  la lucha por la  emancipación y liberación femenina ha tenido altos  costos para la mujer.  Porque, si   bien es cierto, se ha ganado el derecho a participar  en esferas sociales fuera del  hogar: política, laboral, educacional, sindical, económica, jurídica etc. esta participación ha sido a costa de ir sumando responsabilidades a  sus roles  de madre, esposa  y administradora del hogar ya que los hombres, en su mayoría, se han negado a asumir igualitariamente los deberes del hogar y los hijos  y continúan considerando que estas labores son de exclusiva  responsabilidad de las mujeres. Así la doble  y triple jornada de la mujer les implica asumir  un altísimo  costo físico y emocional.

Realidad concreta de la discriminación de  la mujer en  Chile.

En el mundo laboral: las mujeres continúan ganando un menor ingreso  que los hombres teniendo la misma calificación. Realizando igual función, en igual sector económico las mujeres ganan un 21%   menos que los hombres; esto a pesar de la promulgación hace dos años de la ley que establece  la igualdad salarial entre hombres y mujeres.   Esta situación se agrava cuando  la mujer tiene mayor nivel educacional. Así  una mujer con post grado  gana en promedio $900.000 y el hombre con post grado $ 1.800.000. Es decir, la mujer mientras más estudia y se capacita es más castigada salarialmente.

Lo más grave de la discriminación salarial  y de la  precariedad en el empleo de la mujer  es que  ocasiona  dependencia e inestabilidad en otras esferas de su vida.  Esta doble “asimetría del poder” como lo expresa Carla Brega, investigadora de la Fundación Sol que se manifiesta  en las “relaciones de producción y en las relaciones sociales de género”.

 

Esta discriminación y desigualdad también se expresa en el sistema de AFPs.  Si  ganan un menor salario,  en empleos más precarios tendrán, y así lo han experimentado las mujeres que han jubilado en el sistema de AFPs, pensiones más bajas que los hombres.

El sistema de salud  también discrimina  a las mujeres.  Los planes de salud  de las Isapres  para las mujeres en edad reproductiva son más caros que los de los hombres.

En el ámbito familiar, la violencia intrafamiliar y su expresión más brutal,  los femicidios,  es una cruda realidad en nuestro país. Mujeres que han denunciado la violencia de  sus parejas  a los cuales se les ha puesto  medidas de restricción, sin embargo,  igualmente las mujeres terminan siendo brutalmente asesinadas por éstos. Es decir, el sistema no es eficiente en la protección de la mujer violentada.

A pesar de este  difícil contexto sociopolítico para la mujer chilena, en esta nueva conmemoración  nuestra Federación Livia Videla, quiere  recordar y saludar a todas aquellas luchadoras que dieron una batalla muy desigual, pero con convicción y, sobre todo valentía. Las que, en ocasiones,  pagaron con su vida  el  “pecado” de querer lograr una sociedad más igualitaria, justa,  inclusiva y respetuosa de los derechos de todos y todas.

De igual forma,  nuestra  Federación  saluda  con respeto y admiración  a todas las mujeres que, día a día,  continúan luchando  contra los fuertes  obstáculos estructurales, políticos, económicos, religiosos, laborales y culturales  que mantienen  la discriminación de género.

La lucha debe continuar porque mientras exista una sola mujer discriminada y violentada  no podremos tener una sociedad realmente democrática.

 

“ARRIBA LOS Y LAS QUE LUCHAN”

“NUNCA MÁS SOLOS”

 

 

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