Conmemorando este Día Internacional del Trabajo 2016

Por Federacion Livia Videla

 

Recordar, aprender y no olvidar

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Conmemorando este Día Internacional del Trabajo:

Recordamos y rendimos  homenaje a hombres y mujeres  que dieron su vida por un mundo mejor.

Matanza de la Escuela de Santa María:

El 21 de diciembre de 1907  entre 2.000 y 3.000 trabajadores, trabajadoras, mujeres y niños, que habían marchado hasta la ciudad de Iquique para lograr que sus legítimas demandas de mejores salarios y condiciones laborales fueran escuchadas  fueron cobardemente asesinados, en la Escuela Santa María de Iquique donde se alojaban. El  Ejército chileno, comandado por el General Roberto Silva Renard bajo las instrucciones del Ministro del Interior, Rafael Sotomayor Gaete, del gobierno de Pedro Montt fueron los que ejecutaron esta criminal represión.   

No olvidar, tener presente: el Ejército chileno, clase política y  los dueños del capital,  permanentemente,  han estado aliados para reprimir al pueblo y proteger los intereses de la clase patronal.

Las demandas de los mineros y sus familias fueron:

– Pago en dinero y no en fichas que sólo les permitían  comprar en pulperías propiedad de  los   dueños de las minas, quienes les vendían productos de mala calidad y caros.

– Poner elementos de seguridad para evitar las constantes muertes de mineros por las condiciones laborales deplorables.

– Que en  cada oficina hubiera  una balanza y una vara al lado afuera de la pulpería y tienda para confrontar pesos y medidas.

-Conceder local gratuito para fundar escuelas nocturnas para obreros.

– Un desahucio de 15 días cuando se ponga término al contrato.

 

Eran demandas básicas, sin embargo, según  la prensa patronal de la época, eran peticiones, absolutamente, “desmedidas” que habían levantado algunos “extremistas”  y “revoltosos”, que de acogerse harían tambalear la economía nacional.  Hoy repiten los mismos argumentos que en aquella época. No cambian.

 

Masacre de Ranquil

Ésta se produjo en junio de 1934 cuando campesinos e indígenas se rebelaron contra los abusos inhumanos de los latifundistas que los sobreexplotaban y usurpaban sus tierras para entregarlas a colonos extranjeros (alemanes, suizos y franceses entre otros) manteniéndolos en la  más absoluta miseria. De este modo, el Estado chileno transformó a las comunidades  mapuches, pehuenches, hulliches y lafkenches en empobrecidos agricultores en el sector de Lonquimay y fue cómplice de las condiciones de semiesclavitud en que se mantenía a los trabajadores y trabajadoras del campo similares a las condiciones miserables de los mineros y sus familias en las salitreras. El pago por su trabajo no se realizaba en dinero sino que en fichas que sólo se podían cambiar por alimentos y otros enseres en las pulperías propiedad de los patrones.

Por las mismas razones también se levantaron los trabajadores de los lavaderos de oro de Lonquimay  quienes asaltaron y quemaron las pulperías. La más sangrienta represión no se hizo esperar. Contingentes de Carabineros enviados desde Santiago, el  día 6 de julio de 1934 reprimieron despiadadamente  a los luchadores y luchadoras. Esto  provocó la resistencia unida de las comunidades mineras, indígenas y campesinas.  Fueron, aproximadamente, 500  las luchadoras y luchadores asesinados. La cantidad exacta no se sabe porque no todos estaban inscritos en el registro civil.  La masacre ocurrió cerca del fundo Ranquil en donde, fueron rodeados y asesinados  por Carabineros.

Asesinados en esta  “democracia”.

Osman Yeomans Osorio,

No olvidar y tener presente. Estos asesinatos no sólo han ocurrido en el pasado. Después de la dictadura de Pinochet han sido asesinados trabajadores por defender el legítimo derecho a vivir digna y justamente. El 26 de junio de 1990 un joven obrero metalúrgico de 23 años, Osman Yeomans Osorio,  militante de las Juventudes Comunistas, recibe un disparo en el cráneo de un carabinero de civil,  mientras pintaba un mural por el natalicio de Salvador Allende en la comuna de Lo Espejo. Falleció el 27 de junio, sólo tres meses después que Patricio Aylwin asumiera la presidencia de Chile.

Rodrigo Cisternas

Durante el  segundo año del primer gobierno de  Michelle Bachelet, en el contexto de tres meses de infructuosas negociaciones  que realizaban los trabajadores subcontratados de la empresa “Horcones” de Bosques Arauco en Concepción, propiedad del grupo Angellini, por lograr que sus condiciones laborales y salariales fuesen iguales  que los trabajadores de planta. El 3 de mayo de 2007 fue acribillado  por fuerzas policiales el joven trabajador Rodrigo Cisternas.  Más de 25 balas en ráfaga terminaron con su vida. Tras su muerte, sus compañeros lograron los 25 puntos del petitorio que permitió equiparar las condiciones laborales y salariales con los trabajadores de planta. 

Esta valiente lucha de los trabajadores forestales, dio  pie a  una ola de protestas de trabajadores subcontratados en el país. Continuaron con esta lucha los trabajadores subcontratados de Codelco y siguieron los de ENAP.

Como de costumbre cuando están involucradas las fuerzas militares o policiales en estos criminales hechos, esto pasa a la Justicia Militar quien, obviamente, da impunidad a los de sus filas.

Sin embargo, gracias a la obstinada lucha de su esposa, madre y familiares por lograr  justicia y después de 6 años,  en abril del 2013, el Primer Juzgado Civil  de Concepción, finalmente, determinó  la responsabilidad de las fuerzas policiales y del Estado chileno obligando al fisco a indemnizar a los familiares y a los otros trabajadores heridos.

 

Marco Antonio Cuadra: “Por la lucha de los trabajadores”

El sistema de Transantiago, creado en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar, ha sido un sistema indigno y que violenta día a día a la clase trabajadora. Caro y de mala calidad. Que le mete  la mano al  bolsillo a los trabajadores y trabajadoras dos veces: a  través del Estado que, permanentemente,  le entrega plata a los dueños de las empresas y a través del pago del pasaje, uno de los más caros de A. Latina.

Marco Antonio Cuadra, dirigente sindical de la empresa Redbus, tras estar sometido a una serie de abusos empresariales, amenazas y presentación de una demanda de desafuero sindical hecha por la empresa  se quemo a lo bonzo.  Redbus había solicitado, el 23 de mayo de 2014, el desafuero de Marco Antonio y de Luis Moya, otro de los dirigentes sindicales, como una forma de amedrentar a los trabajadores y, sobre todo, impedir la organización sindical, llegando incluso a impedirles la entrada a los terminales.

Juan Pablo Jiménez: “Prefiero luchar y perder, que perder sin haber luchado”.

El 21 de febrero de 2013 Juan Pablo Jiménez Garrido,  dirigente sindical del Sindicato N°1 de Azeta empresa subcontratista de Chilectra, fue asesinado al interior de la empresa. Antes de realizar cualquier investigación, la PDI ya estaba instalando la teoría que transformaba este vil asesinato en un accidente provocado por una “bala loca”,

 Sin embargo, todos sabemos que fue asesinado  un dirigente sindical combativo, que luchaba por un sindicalismo clasista que representará y defendiera, comprometidamente,  los intereses de la clase trabajadora. Al otro día de su muerte,  tenía un comparendo con la empresa a quién había denunciado reiteradamente por abusos, incumplimiento de contratos e innumerables prácticas antisindicales. A pesar de la  heroica lucha de su familia por lograr justicia,  su crimen sigue aún impune.

 Estos  y otros  crímenes sólo expresan  que la “democracia” que se instaló después de la transición pactada se basó no solo en las políticas contra la clase trabajadora, en la perpetuación del modelo económico, político y social que impuso la dictadura, sino también en una criminal represión.

Esta sistemática  política y empresarial, de  represión y muerte  también se ha ensañado  contra el pueblo mapuche y los estudiantes.

Daniel Menco, de 23 años  estudiante  de auditoría en la U. de Tarapacá,  el 19 de mayo de 1999, durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle,  participaba en una marcha  por los problemas con el Fondo Solidario que fue reprimida brutalmente por las fuerzas de carabineros. El Comisario de la Primera Comisaría de Arica, Norman Vargas, abrió fuego hiriendo gravemente a Daniel y dejando lesionado a  los estudiantes Fernando Rodríguez y Alejandro Martínez. Producto de las graves heridas en el cráneo Daniel falleció  dos días después. Vargas fue condenado a tres años de reclusión por cuasidelito de homicidio.

Manuel Gutiérrez de 16 años, fue asesinado el jueves 25 de agosto de año 2011, mientras transitaba junto a su hermano y un amigo por las calles de la Villa Jaime Eyzaguirre. En el contexto de una movilización convocada por la  CUT, el ex sargento Miguel Millacura disparó.  La bala impactó directamente en el pecho de Manuel. Carabineros negó toda responsabilidad en el crimen e, incluso, prepotentemente,  afirmaron que no iniciarían un proceso de  investigación al respecto.  Sin embargo, el repudio de todos los sectores sociales a ese brutal crimen fue de tal magnitud, que se vieron en la obligación de investigar. Millacura fue condenado a 3 años y un día de libertad vigilada por el delito de “violencia innecesaria con resultado de muerte” y la Teniente Claudia Iglesias, fue absuelta de la acusación de encubridora.

“Asesinato de Alex Lemun a manos de la «democracia» de Ricardo Lagos”.  Así,   titula  el diario el Enlace Mapuche Internacional, el brutal crimen del joven comunero mapuche de 17 años a manos de  la policía. El día 12 de noviembre Alex Lemun, participaba en una protesta pacífica junto a miembros de su comunidad por la restitución de sus tierras usurpadas por la forestal Mininco.  La represión fue brutal  y  el mayor de Carabineros Marcos Treuer dispara sobre Alex. El  policía a pesar de reconocer su delito, no fue castigado. La comunidad mapuche, ante esta feroz represión con el dolor pero también con todo el coraje  y la fuerza que los caracteriza gritaron «ante cada Lemun que cae, diez Lemun se levantarán». Así ha sido hasta nuestros días, la lucha continua.

Matias Catrileo  fue asesinado por la espalda, mientras participaba en una movilización junto a otros comuneros mapuches en el fundo Santa Margarita  del agricultor Jorge Luchsinger. El asesino fue el carabinero Walter Ramírez, condenado a tres años y un día bajo libertad vigilada por el cargo  de emplear sin motivo racional violencia innecesaria”. 

Nelson Quichillao López, de 47 años, trabajador subcontratado de la empresa Geovita en El Salvador  fue asesinado por las fuerzas policiacas represivas en la madrugada del viernes 24 de Julio 2015, en medio de los cortes de camino que se realizaban, para evitar la subida de los buses a las minas.  Esta criminal  represión se da en el contexto de  la nula voluntad a negociar mejoras en  el Acuerdo Marco de parte de Codelco.

Este es el sistema “democrático en el cual vivimos”. Una clase dominante político empresarial,  que nos dice constantemente que organizarnos, movilizarnos por nuestros derechos y luchar por una sociedad sin abusos, sin violencia y exclusión es hacer “política” y ser “comunistas”.  Y, que utiliza la criminal represión  al igual que los sistemas dictatoriales.

Esta es la verdadera historia que no debemos olvidar. Esta es una de las tantas fotografías del  Chile que nos expresa clara y dolorosamente que es una mentira tan grande como el universo el que  nuestro país “es el políticamente  más estable y democrático” de América Latina, como nos han querido hacer creer.

 No debemos olvidar que somos trabajadores y trabajadoras porque vendemos nuestra fuerza de trabajo para tener un salario.  Pertenecemos a la clase trabajadora y debemos luchar  por nuestros intereses de clase. Por ello, es un deber para todas las organizaciones representantes de la clase trabajadora recuperar y fortalecer la conciencia de la clase trabajadora realizando una formación política sistemática y no, solamente, capacitar en  la ley y la economía dictatorial/pinochetista para enseñar negociación colectiva. Porque es ahí donde la clase empresarial quiere que nos movamos y que sea sólo aquello lo que aprendemos.

El desafío actual de la clase trabajadora es recuperar nuestra historia, nuestra identidad y raíces. Es el camino para recuperar  el poder que alguna vez tuvo  el Movimiento Sindical en Chile. Sería un  tributo verdadero a Luis Emilio Recabarren, Clotario Blest, Belén de Zárraga, Livia Videla y tantos otros luchadores y luchadoras no consignados por la historia, si la clase trabajadora volviera a esa senda. .

 

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